Cuenta la leyenda que el lago San Pablo nace del amor. Una pareja de indígenas cuyas familias no permitieron vivir su relación y para escapar al suplicio de estar separados dice la historia, ella se convirtió en lago y él en El Lechero, un árbol milenario cuyas ramas simulan el abrazo eterno a su amada.
Hoy es un sitio mágico donde se respira la cultura andina en todo su esplendor. Nosotros la honramos construyendo un lugar cálido y acogedor destinado a la familia. Especial para celebrar bodas nos hemos convertido en ese sitio a donde simplemente quieres volver.